23 diciembre, 2008

En mis tardes, un pajarito de desconocida procedencia canta.
Solo, va desde el techo al árbol y de este a la pandereta.
En su canto, se oye la angustia de no encontrar a su pareja la que creemos muerta por culpa del instinto cazador felino.
Pobre pajarito, sin pedirlo ya conoce la ley del más fuerte, de la vida?.
Quisiera que sus gritos no me estremecieran pero es imposible no emocioarse al verlo esforzarse tanto. Jamás creí que algo tan pequeño y maravilloso provocará en mi tal lástima.

No puedo hacer nada.
Seguiremos escuchándolo.

1 comentario:

cr dijo...

chuta ímagino al pobre pajarito, si a mi me pasará cantaría igual